Secaderos en la Vega de Granada
El 2 de julio pude, por fin, ver la película Secaderos en el cine Madrigal, el que mantiene viva la pasión por el cine tal y como lo conocí en los años en los que yo era un jovencito, pero esa es otra historia. El caso es que, al comenzar la película, me vi reflejado en ella, las personas hablaban como yo y como las personas que conozco, es decir, como se habla en la Vega de Granada. Cartel de la película Secaderos, de Rocío Mesa Para mí fue una agradable sorpresa ver a esa niña que iba a la Biblioteca Pública de Chauchina haberse convertido en una espléndida actriz. Me refiero a Ada Mar Lupiañez Huertas, la protagonista de la película. Pero de algún modo surgió un vínculo que iba más allá de la historia de Nieves y que se relacionaba con lo que yo he vivido y sentido en la Vega y lo que veía y sentía que quiere trasmitir la película, que no es más que un alegato por la Vega de Granada, reflejado en los secaderos como metáfora de una forma de producir y vivir que, poco a poco, está d